26 nov 2007

Un sábado de ensueño

Luego del recital y de la separación, la había dejado guardada, como una especie de castigo, totalmente inmerecido, porque no iba a volver a usarla para algo como lo que había hecho. Porque jamás me haría sentir como aquella vez. No iba a volver a tocar en público, era una realidad, la banda ya no existía, y no había chances de rearmarla o de hacer otra.

El sábado escuchando algo (sinceramente no recuerdo que) volvieron las terribles ganas de tenerte entre mis manos, hasta ahora habías sido reemplazada por la otra, la primera, la que me desconecta con la realidad pero que no servía para el ensamble musical. Entonces busqué el cable, enchufé el amplificador, moví la ficha hasta que hizo contacto (me acordé que se te oxida el plug) y te escuché.

En ese momento Martín requirió mi atención y pensé en ponerte frente a él y dejarlo ser, dejarlo ir en su curiosidad (que dicho sea de paso es enorme) y lo hice. Te tocaba y golpeaba pero no con el mismo entusiasmo que lo hacía con la otra.

Como se estaba poniendo fastidioso decidí dejarlo en la cama, apoyado en la almohada y tocarle un poco, a ver si el padre lograba su atención con el instrumento, y vaya que lo logré.

Su cara de asombro mirando mis manos moverse y mi boca cantar y cada tanto un relojeo hacia el coso ese negro por donde salían los sonidos es una de esas imágenes que jamás en mi vida olvidaré.

Pero lo mejor del día vino cuando empecé a improvisar una versión lenta y detallada de aquel Preludio Obsesivo que tantos días de mi vida se llevó.

Ensimismado en mi tarea noté cuando llegó a la habitación la madre que el niño se había dormido, profundamente. Ahí toque el cielo con las manos, mejor dicho, con la guitarra, aquella que había abandonado pensando que jamás volvería a hacerme felíz como aquella otra vez porque no iba a poder tocar otra vez en público. Seguí tocandole alrededor de una hora.

Que idiota, no había pensado en tocar frente a él aquello que llegaba a lo mas profundo de mi corazón.......... Que idiota, jamás te volveré a dejar.

Obviamente volvieron a mi cabeza las ideas de sacar el Aria en Sol de la suite 3° y el preludio de la 1° Suite para Cello en la guitarra, obviamente me olvidé de la facultad por un buen rato.

Obivamente, soy feliz una vez mas.

Angel Caído